Después de pensarlo tanto he decidido dejar de pensarte, porque nunca fuiste idea, sino de carne y hueso y músculo latiente. A ti, cómplice y antítesis, tierra de mis vuelos, brazo de los sueños desmembrado, rebelde hasta contigo. A ti, que te encuentro a ratos haciendo cuentas entre las notas de consumo: agua, gas, comida, teléfono; mientras me descubres enredado en sílabas o sueños y haciendo cuentas también: dos pares de labios, cuatro manos, un colchón, un verso. A ti, que me seduces sólo existiendo sin darte cuenta, que te preocupas tanto y tan poco, que me sorprendes con tus manos de vez en cuando e inesperadamente, a ti que no te sabes tanto y me sabes tan bien a mí, que contienes tus impulsos mientras yo me enredo con los míos, a ti que no entiendes mis puntos y de quien no entiendo las comas, pero entendemos juntos nuestros puntos suspensivos, a ti complemento, a ti contradicción de mis contradicciones dejaré de pensarte tanto porque de ahora en adelante sólo habré de sentirte…y a veces, sólo a veces, habré también de soñarte.
Daniel M. Cervantes
2011
Daniel M. Cervantes
2011