sábado, 1 de septiembre de 2012
CUANDO ESTOY CANSADO
Cuando estoy cansado, como hoy, se me afloja el alma y se me caen los pies al abismo. No a cualquiera, sino al que fue tuyo y nuestro y al que no pasó; y la vista, se me queda congelada en los parajes de aquellas sierras, en las esquinas redondeadas de ese museo en que me llevabas de la mano y de aquel otro que visité por mi parte pero te dibujó en sus pastos, en sus paredes y en su folklor. Se me enchina la piel y los oídos se tuercen con el eco de esos acordes de aquel concierto en la ciudad cultural y las calles de adoquín y esas nubes tan cerca del coche que no nos dejaban ver, pero bien que nos dejaron sentir como hoy que siento tanto porque estoy cansado. Y es que cuando estoy cansado, se me revuelve el nosotros con el nunca... y el qué será.
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