Te busco a ratos en tu mirada perdida y en el humo de mi cigarro, te extraño en tus labios ausentes y en el borde de mi taza con el café ya frío, te pienso en el desayuno que no es lo mismo sin jugo o sin ti, aunque estés conmigo; te nombro en tus silencios, te dibujo en mis sábanas, te marco el pecho, te rasco el alma y rasgo, profundo, mi almohada para encontrarnos dentro.
Repetido este ritual por ambas partes más de varias veces, se hace del uno mas el otro: un nosotros, por unos días...o idealmente, para siempre.
Daniel M. Cervantes
2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario