lunes, 14 de marzo de 2011

DIONISIO, YO Y MI ALMOHADA

Estoy solo, solo y en mi almohada, y esta soledad me ha cerrado la tráquea o es el aire pesado de mi cuarto, estoy sudando de mi cabeza a los pies y mi respiración se agita, siento mis latidos al golpearme con la cama en una especie de agonía que me sofoca, una muerte deliciosa y lenta previa al contacto de una piel imposible, de un cuerpo imaginario, de unas manos que no existen en mi espalda, y mi lengua, temblorosa, se retuerce entre mis labios como si fueran ajenos y recorre imaginando caminos sinuosos y mares tibios donde habrá de reposar mi boca, creo en esos rincones inalcanzables para esta noche solitaria; mis manos intranquilas inventan con el roce de las sábanas más de un cuerpo desnudo y veinte lenguas enmarañadas, cuerpo a cuerpo regalando caricias que resbalan con el sudor en mi espalda.
He perdido el aliento y mi pecho ya no me pertence, ni mi sexo que ahora es de otros, de todos los que habitan mi cama y se enredan entre mis piernas sabiéndose dueños de mi pasión posesa y de este instante de olvido en el que estallan cuerpo y alma y ahora...se desvanecen...se han llevado mis ganas... y estoy solo de nuevo, solo y en mi almohada.



Daniel M. Cervantes
2009

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